Sirva este texto más de desahogo que de consulta, pues las soluciones que
se os acudan, amigos guitarristas, a buen seguro las habré ya calibrado, que esto
de la guitarra eléctrica, si bien tiene
su miga, tampoco es física
cuántica, pero lo cierto es que, una vez
más, mis expectativas de sonar de fábula con poco peso se han ido al garete. Advertir a mis queridos reincidentes -si es que aún queda alguno después de estos
casi cinco años de ausencia- que este
texto va a ser largo. Así que, a menos
que estén ustedes interesados o sientan curiosidad por la enrevesada mente de los guitarristas y los problemas que nos buscamos en pos de ese arcano al que
llamamos “nuestro propio sonido”, casi mejor que dejen de leer, porque a buen seguro
les va a resultar una lectura tediosa, aburrida y, en todo caso, absolutamente carente de utilidad.
El fin inicial de este texto era el de ser enviado a un hilo concreto de un
foro de guitarristas, donde llevo semanas dando el coñazo para obtener el ya
citado arcano merced a un nuevo aparatito que acabo de adquirir, pero aprovechando el tránsito vallisoletano
del Pisuerga, al que se le añade la circunstancia de que durante unas semanas
voy a estar más ocioso que de costumbre, he decidido retomar por un día –quién sabe
si con continuidad- la actividad de publicar un nuevo artículo en mi blog, cosa que no
sucedía desde el 5 de febrero de 2013, cuando publiqué lo que los guitarristas
llamamos una “review”, obviamente de
una guitarra que acababa de adquirir.
Después de aquella han llegado a casa seis más, así se hacen ustedes una
idea de lo enfermos estamos la mayoría de
guitarristas… Incluso, como es mi caso, los aprendices de guitarrista.
A lo que iba… Como uno ya va teniendo una edad, hace años
que anda en busca del arca perdida del guitarrista que pasa de los cincuenta…
Un equipo que no pese y con el que sonar como el mismísimo Knopfler, que no en
vano la prensa especializada, ahora amplificada
por las redes sociales, nos envían cantos de sirena a modo de artículos
y vídeos con emuladores, pedaleras, microamplificadores… que suenan a gloria bendita y pesan nada y menos, y así,
un servidor se ha pasado de los pedales a los multiefectos y viceversa como tres
veces en los últimos tres años, y a día
de hoy sigo sin encontrar “mi” sonido. Rectifico… Digamos que sigo sin encontrar una solución para
sonar lo más parecido a mi sonido ideal , y sin cargar con un amplificador de válvulas de veintitantos kilos, más unos cuantos pedales de efectos que también pesan lo suyo.
Así han pasado por mi vida reciente
un ZT LunchBox de menos de seis kilos,
una TC Electronic de menos de cinco, un
pedal DI que prometía el oro y el mauro (eufemismo políticamente correcto) al enchufarse directo a la mesa de mezclas…. Pero nada suena tan bien como lo hace mi
amplificador de válvulas de toda la vida, aliñado –eso sí- con
algún que otro pedal.
Y así uno se compra el nuevo emulador del que todo el mundo habla, se lee un manual en inglés porque en español no
saldrá hasta dentro de diez días, cientos de páginas de siete u ocho foros
distintos donde otros guitarristas, más afortunados que tú, ya han dado con “su sonido” y pueden salir de bolo hasta en moto: un
micro ampli o un emulador en una bolsa o en la maleta de la moto, la guitarra colgada en bandolera y listos.
¡Y una míerda! Acento en la “í” para convertir la palabra en esdrújula
y enfatizar así el cabreo…. Eso de llegar y besar el santo no funciona casi nunca en el mundo de la guitarra eléctrica, pero el guitarrista no se quiere dar cuenta y sigue a la suya.
Y es que uno descubre que para sonar de fábula con ese nuevo emulador hace
falta, además, una PA auto amplificada, una caja DI con salida XLR que balancee
la señal, un cable libre de oxígeno con conexiones de oro... Así
que, todo sea por ahorrarse los veintitantos kilos de peso del amplificador, uno se compra
una PA que pesa quince (da igual que el emulador pese tres, o cuatro, o cinco… ) y de
paso, renueva todos los cables, que ya tienen unos años.
Después de horas demás lecturas
(prueben a traducir del alemán con Google, es divertidísimo) más pruebas, ajustes en la PA auto amplificada,
en la mesa de mezclas, quizás esos cables,
a ver esos cables más caros… Uno consigue que el chisme suene de vicio… ¡Knopfler,
majete… escucha y aprende! Tanto presume uno de su éxito que hasta su amigo se agencia
uno igual… Y no contentos con eso, los dos compran en una página especializada unos
paquetes de “presets” que son la quinta esencia i que incluyen IR (cosas raras de
guitarristas) que funcionan de lo más…
Y llega el día del ensayo donde uno va a mostrar al mundo qué bien se puede
sonar con un trasto de estos… No va en
moto al ensayo porque llueve, pero bien podría, porque ni abulta, ni pesa…
Y a la hora de la verdad, a volumen de ensayo, el chisme no suena como en casa ni de coña y
después de tocar todos los botoncitos de la mesa de mezclas y del aparatito, acabas enchufado a un
amplificador, como siempre…. Y más frustrado que el pulpo del garaje en su primer
día -antes de acostumbrarse a una vida lánguida
rodeado de hormigón, gases de escape, manchas
de grasa y polvorientos vehículos estacionados- y con
la sensación de haber hecho el canelo una vez más. Cuando le dices a Julio, el maese de la sala
de ensayo que –dicho sea de paso, tiene más paciencia que un santo- que hoy
has tenido problemas con el sonido va y te suelta “colega… que llevas teniendo problemas de sonido desde
que te conozco”. Y lo verdaderamente fastidiado del asunto es que es cierto.
Conclusiones:
- Como dice mi amigo Jordi , alias Smooby, en casa y enchufado a un POD (pon la marca que quieras) todo suena bien. El mérito está en sonar bien a toda castaña.
- Puñetero Miguel Ríos, qué razón tenías cuando lo de “siento que el equipo aquel nunca suena igual, qué misterio habrá”.
- Sólo tu amplificador suena tan bien como tu amplificador. Y si tienes que acabar ajustando la ecualización de tu emulador en cada sala a la que vas y para ello necesitas el ordenador… Menudo ahorro de peso…
Y una reflexión que quizás los guitarristas aficionados debiéramos hacernos. Un buen amplificador de válvulas puede durarte toda la vida. Lo mismo que una buena guitarra e incluso unos
buenos pedales analógicos. ¿De qué va a vivir la industria de los instrumentos
musicales si no nos convencen de que ese último invento mejora increíblemente todo
lo existente hasta la fecha?
En resumen… Que es evidente que con
la tecnología actual se puede sonar estupendamente, tenemos miles de ejemplos
que vemos todos los días, y que, por mucho
que un servidor no se vaya a dar por vencido y siga leyendo, preguntando, probando, cambiando
configuraciones, ecualizaciones… Y por mucho que, más tarde o más temprano, acabe
sonando decentemente con su nuevo chisme, sabe a ciencia cierta que aquí no
acaba la historia, que volverá a su amplificador, pero más adelante alguien le hablará de un nuevo aparato que, ésta vez sí, es definitivamente
el hallazgo de nuestra arca perdida. Ese arcano
oculto que, por fin, ahora sí está a
nuestro alcance y que nos hará sonar como realmente queremos, y, por supuestísimo,
con poco peso y menos bulto.
4 comentarios:
Hola Miquelet. Me llamo Juan y si, me pasa exactamente lo mismo que a ti. Frustración desengaño y tristeza cuando has vendido todo lo que tienes y te has tirado de cabeza al mundo digital guitarrero por que sueñas que vas a encontrar lo que siempre as estado buscando desde sabe Dios. Yo ya tengo mas de 50 y me las prometía muy felices con esto del modeling. Vendí todo mi equipo, me compre una Helix y un par de altavoces activos Yamaha. Todo perfecto asta que llego al ensayo y me conecto todo (parecia mas la cabina de un piloto que un set guitarrero) Pero menuda cagada de sonido!! Que te pasa Juan? me decían mis compañeros al ver la cara de amargado mientra intentaba tocar. Pero que mierda es esta? me decía yo, gritando hacia adentro. No tenía nada que ver con lo que escuchaba en casa. Así que te entiendo y comparto contigo un poco esta experiencia por que parece idéntica a la tuya, en todo.
La verdad, me gustaria poder charlar contigo sobre esto. Parece que todo el mundo está muy feliz con los cacharros estos y un servidor se siente como un bicho raro y solitario.
Saludos.
Hola Juan!
Siento haber tardado tanto en responder, pero es que no había visto tu comentario hasta ahora.
Imagino que, como yo, ya te habrás hecho a tu nuevo equipo. En mi caso fue bastante rápido, pero sí es cierto que fue frustrante hasta que le pillé el tranquillo. Tuve poca paciencia
Hae más de un año que mis amplis no salen de casa. Si yo fuera Vai i alguien cargara con mis equipos quizás tocaría con ampli, pero como no es el caso... Voy con mi maletita con mi emulador y listos. Créeme que el público no lo nota.
El problema es que lo noto yo. no puedo tocar agusto y eso es lo que repatea. Supongo que el publico no lo notara pero notarlo yo es peor.
Saludos.
Buenas de nuevo.
Pues no sé qué decirte... No eres el único al que e pasa´, aunque cada vez son más los músicos -incluso gente de primera división- que se pasan a este tipo de suluciones, y en su caso no creo que se por problemas de peso, o económicos... Incluso en los estudios de grabación tiran de estos chismes cada vez más.
En todo caso, lo que cuenta para cada cual es su oído, y si tu oído no está a gusto, si lo has intentado y has invertido horas y horas en tu aparato sin conseguir que suene como a ti te gusta... Ya sabes... tu oído manda. Los buenos amplis siempre suenan bien y no dan sorpresas.
Un saludo
Publicar un comentario